
¡Hola! Soy el Makal,
el coloso energético natural

Traído de tierras asiáticas, me he adaptado a este suelo y a los paladares locales, convirtiéndome en un símbolo de la diversidad culinaria de la región. Sigo vigente en tu mesa, listo para enriquecer tu alimentación como fuente de energía y tesoro nutricional. Soy un tubérculo grande con cáscara rugosa color café y pulpa morada tenue, blanca o amarilla, con versatilidad ilimitada en la cocina.

El makal es un tubérculo gigante, con un peso que puede superar los 10 kg. Su forma irregular, entre redondeada y cilíndrica, puede medir hasta 40 cm de diámetro.
Bajo la piel rugosa color café del makal se esconde una pulpa de tonalidades que van del blanco al morado intenso.
Cuando está crudo su consistencia es como la yuca. Sin embargo, al cocinarlo, su textura se vuelve más suave y su sabor se revela con una agradable nota dulce, que lo convierte en un delicioso sustituto de la papa, adaptándose a una infinidad de preparaciones, como purés, sopas y guisos.
¡Descubre deliciosas formas de prepararlo!

Sopa de makal al azafrán
5 min

Makal con camote rostizado
5 min

Puré de makal y tocino
5 min
Un tesoro del Mayab con muchos beneficios para tu salud

Como una joya oculta en la tierra, el makal es un tesoro para mantenerte lleno de energía. Su bajo contenido calórico lo convierte en un alimento ideal para cuidar tu figura, mientras que su alta cantidad de fibra te ayuda a mantenerte saciado por más tiempo, además de favorecer la buena digestión.
A su vez, es una excelente fuente de nutrientes esenciales como calcio, hierro y vitamina C, fundamentales para fortalecer tus huesos y mejorar tu sistema inmunológico.
Del huerto a tu mesa

Cómo elegirlo en el mercado
Si bien el makal puede producirse todo el año, es un tesoro preciado que las familias productoras suelen cultivar para autoconsumo, por lo que no es fácil de encontrar en mercados y tiendas.
Para elegirlo, busca aquellos con textura rugosa y consistencia firme. Debe sentirse compacto, lo que indica que está lleno de nutrientes y no ha perdido humedad. Pregunta también al productor sobre su procedencia y fecha de cosecha para asegurarte de su frescura.


Formas de consumo
El makal es un ingrediente versátil en la cocina. Cocido, hervido, frito u horneado (en pib), su sabor ligeramente dulce lo convierte en un delicioso sustituto de la papa.
Se disfruta comúnmente acompañado de miel, en postres, y en sopas. Además, es un ingrediente esencial en caldos y guisos típicos de la región, como el puchero y los potajes, con un gran potencial culinario que no ha sido aprovechado aún.


Manejo en casa
El makal siempre debe cocerse antes de consumirlo. No se puede comer crudo. Una vez lavado y pelado, libera una leche almidonosa que debe enjuagarse cuidadosamente. Cocido, su cáscara se desprende fácilmente.
Para conservar su frescura, almacénalo en un lugar fresco, oscuro y bien ventilado. Evita refrigerarlo o guardarlo en bolsas plásticas, ya que esto puede acelerar su deterioro.

Conoce más
Echando raíces
El makal es un tubérculo que nace de una planta trepadora, perfectamente adaptada a los climas cálidos y húmedos de la Península de Yucatán.
Su cultivo se ha asociado tradicionalmente con fases lunares. Se sabe que algunos agricultores prefieren sembrarlo en luna llena o en los días días previos, siguiendo las antiguas prácticas agrícolas.
Un tesoro del Mayab
Originario del sureste asiático, el makal fue llevado a África y posteriormente traído a las Américas y el Caribe por los portugueses.
En la Península de Yucatán –donde se le conoce simple- mente como makal o makal de guía–, encontró un suelo fértil donde echar raíces y se convirtió en un alimento básico que ha enriquecido la dieta y las tradiciones culinarias mayas desde entonces.
Conservación
Cultivado en milpas y huertos familiares, el makal es esencial en la dieta de muchas comunidades rurales. Aunque se comercializa poco, se encuentra en algunos mercados locales, en especial en las zonas donde se produce.
Históricamente, el makal ha sido un alimento de supervivencia en tiempos de escasez, consolidando su valor como un tesoro ancestral digno de reconocimiento.
¡Soy el Makal y mi potencial culinario te espera con Mucho Gusto!